sábado, 15 de agosto de 2009

fuck you kevin costner


"nada más cierto
la vida se escribe
como un haiku"

lunes, 10 de agosto de 2009

Ni el principito ni Juan Salvador Gaviota, fusiles y pelotas.


Me molesta mucho no saber cómo actuar en algunas situaciones. No aquellas súper complejas, determinantes en la vida de todos, que requieren decisiones drásticas, seguridad y templanza, sino esas pequeñas y cotidianas que nos aturden con su falta de importancia.
Esperando el colectivo pude ver a unos centímetros de mis pies dos monedas, una de 5 y otra de 10 centavos. Me dio fiaca agacharme a levantarlas y pensé que el que realmente las necesitara (sin hablar necesariamente de alguien pobre, podría ser alguien que le faltaran 10 centavos para el bondi o algo así) no tendría problema en juntarlas del piso. A los minutos se acerca una señora y me pregunta si la puedo ayudar con alguna monedita, separo el peso con 25 del boleto y le doy 50 centavos que me sobraban. Mientras separaba las monedas pensé en hacerle notar los quince centavos que yacían junto a mis pies pero me arrepentí. Lo sentí despectivo, hasta agresivo, me imaginé señalando las moneditas en el piso y ella agachándose para juntarlas y eso me generó mucho rechazo, no era la posición que quería adoptar por lo que me quedé callado mientras me agradecía y seguía su camino. Al poco rato llegó mi colectivo y mientras desfilaba en busca de mi lugar en la fila de asientos del fondo se me ocurrió que lo mejor hubiera sido levantar esas monedas en el momento en que me pidió ayuda y dárselas junto a mis 50 centavos. Por supuesto que este tipo de revelaciones siempre llegan con un delay de por lo menos diez minutos.
Otra situación que en los últimos días supo perturbarme por la duda en su resolución ni siquiera llevaba consigo la incomodidad de la interacción interpersonal. Mi celular tiene abajo de la pantalla dos cuadraditos mínimos que sirven para quién sabe qué. Un mal movimiento mientras configuraba la alarma en la cama hizo que una de estas mierditas se me cayera al piso y ahí empezó todo. Me asomé para ver si lo encontraba en una primera pasada y noté, por la alfombra, que era una tarea bastante más complicada de lo que suponía. No supe qué hacer. No supe si realmente valía la pena buscar el pedacito de plástico. Estuve por lo menos cinco minutos recostado analizando la situación, reflexionando acerca de la importancia del coso ese, tanto estética como funcional y ante la falta de una respuesta sólida decidí considerarlo perdido e irme a dormir. Quizás si esos cinco minutos los hubiera destinado a la búsqueda, hoy debajo de la pantalla tendría los dos cuadraditos, no lo sé. La cuestión es que la mujer se fue con quince centavos menos de los que podría haber tenido y mi celular perdió su cosito de plástico y con ello su simetría. Qué garcha.

martes, 4 de agosto de 2009

good shit, right miroki?


Rock de sábado, rock de domingo. Ni el insomnio puede arruinar un comienzo de semana precedido de esta forma.
Diferentes hechos que tuvieron lugar en estos días me hicieron poner a pensar en las relaciones, humanas en general. En cualquiera de sus diversas variaciones creo que la reciprocidad es un elemento esencial e insustituible para su correcto desarrollo, componente sin el cual se pierde el eje y se cae en un área de insanidad mental y emocional nociva para cualquiera. Las relaciones no se pueden ni deben forzar, se las tiene que dejar mover de la forma más natural posible y disfrutar del máximo que puedan dar, y si se desgastan o se rompen, mala leche. Me vienen a la cabeza un montón personas de las que me fui distanciando a lo largo de los años, en muchos de los casos lamento profundamente que las cosas se hayan dado así pero a la vez no concibo de qué otra forma podría haber sido. A veces la nostalgia hace que extrañe gente que en algún momento fue muy importante para mí, sin embargo no encuentro el papel que podrían ocupar en mi vida ahora ni el que yo podría ocupar en las suyas... es medio triste quizás.
Reciprocidad. Entiendo que en algunas circunstancias, por X motivos, unos puedan 'dar' más que otros y a eso no es a lo que voy, hablo del balance que debe existir en toda relación por una cuestión lógica. Una garrapata negando las muestras más claras del más profundo desinterés, imagen patética de la que me tocó ser testigo la otra noche. Si no hay reciprocidad, mejor patear para otro lado, ahí abajo al Pato, que entra seguro.